Una Mica de Música

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EL TEATRO CATALÀ DE POSGUERRA: JOSEP MARIA BENET I JORNET Y RODOLF SIRERA

Posted by Nicole i Natalie on 18:12

Como es evidente y de la misma manera que sucedió con la poesía y la filosofía, con la llegada del franquismo al poder se prohibieron todo tipo de manifestaciones teatrales que no reforzasen la ideología y las pretensiones del nuevo régimen. Este dictamen coercitivo generó que hasta el año 1964 las representaciones en lengua catalana fueran reprimidas. 

Desde 1939 hasta 1946 no pudo representarse ninguna obra en catalán. Esta prohibición anuló prácticamente la producción teatral. Luego fueron apareciendo grupos teatrales, como la escuela dramática de Adrià Gual, que inició un camino de renovación y lo culminó con grupos como Els Joglars, La fura dels Baus y Els Comediants. (Santillana, 2007)


Sin embargo, el nivel de represión no fue el mismo en todos los territorios catalanoparlantes. Así pues, mientras en Catalunya:
hubo prohibiciones taxativas sobre la escenificación en catalán en los teatros y solamente se mantuvieron en un ámbito restringido y familiar las representaciones navideñas de els pastorets, piadosas, folclóricas y “moralmente aceptables”; en el País Valenciano, en cambio, rápidamente fueron utilizadas las representaciones de los llamados Miracles vicentins, actos conmemorativos realizados para celebrar la festividad de san Vicent Ferrer, como muestra de una tolerancia lingüística y de un respeto cultural en realidad inexistente que servían para reforzar la imagen de un “levante feliz”” (Carbó y Simbor, 2005)




Durante el primer franquismo, el género literario que más conflictos y dificultades tuvo fue precisamente el teatro, pues los problemas propios de la dimensión espectacular y su difusión oral causó que se reactivase con mayor lentitud. 
El teatro en catalán, pues, expulsado de los escenarios comerciales, que habían sido ocupados por el teatro en castellano con obras históricas y patrióticas, y de evasión, funcionaba al margen del circuito profesional y quedaban reducido para actos conmemorativos, festivos y folclóricos”


Sin embargo, a partir de 1946 comienza a desarrollarse un tipo de teatro minoritario, cuya principal finalidad era dignificar la lengua y la escena. Entre los primeros grupos que representaron un teatro minoritario y distinto, podemos mencionar: el Teatro Experimental de Barcelona en 1950 o el teatro Club en 1953. En 1955 surgió la Agrupació Dramàtica de Barcelona (ADB), una agrupación formada por personas cuya finalidad principal era mantener viva a toda costa su fidelidad a la lengua y la cultura catalanas.



Las tendencias que dominaron el teatro catalán de esta época, caracterizada por instalarse entre la continuidad y la renovación, fueron el teatro simbólico, el existencialista y, más tardíamente, el realista. Por otra parte, los modelos más innovadores se vincularon con el teatro experimental o el del absurdo, después con el teatro épico y narrativo, y, a finales de los sesenta, con el teatro documento. Algunos de los modelos foráneos en los cuáles se basó este teatro fueron Samuel Beckett, Eugène Ionesco, Bertolt Brecht y Peter Weiss.



A partir de los años sesenta se encontraban ya forjadas las bases para un nuevo teatro, las cuáles se hicieron realidad gracias a los aportes y la evolución de grupos tan innovadores como Els joglars (1962) y otros grupos independientes que se irradiaron por las diversas comarcas de dominio lingüístico catalán. Las bases que fueron sentadas en los sesenta, tendrían su momento de esplendor en los años setenta. Al hablar del teatro catalán de los años setenta, podemos establecer distintos periodos desde su inicio


El primer periodo se caracteriza por ser una especie de transición, la cual se extiende hasta 1975, aproximadamente. Las principales características de este periodo son la continuidad del teatro político de los sesenta. Posteriormente, entre 1875 y 1985 se produce la institucionalización del género, para luego, en una tercera etapa, consolidarse una nueva generación de autores. Sin embargo, esta segmentación solamente es aplicable a la situación de Catalunya, pues en el caso del País Valenciano y las Islas Baleares, los cambios se dieron más tardíamente, y siempre bajo el influjo de lo que ocurría en Catalunya.


Un hecho importante en el desarrollo del teatro catalán durante estos años, es la aparición del Teatre Nacional de Barcelona (1968-1975) y el Teatro Capsa. En 1970 apareció el teatro El Galliner, determinante para la edición de obras de teatro en catalán, ya que cubría un vacío importante en la edición teatral de autores tanto catalanes como extranjeros.


No obstante, en la década de los años setenta también surgió una reacción contra las propuestas teatrales anteriores relacionadas con el Realismo o el teatro didáctico y una fuerte defensa a favor del teatro colectivo. De esta manera, los postulados de autores anteriores eran desechados, por considerárseles demasiado tradicionales; tal situación generó que dichos autores replantearan su creación y evolucionaran hacia propuestas más imaginativas y colectivas.


“El género colectivo, espectacular e imaginativo, enriquecido con la teatralidad del espectáculo, distante de la herencia realista y del teatro político: así surgía la propuesta de un nuevo teatro que no siempre partiera de un texto previo pensado por una autor para ser llevado a escena. No fue accidental, pues, la recuperación y reivindicación del teatro de Joan Brossa, el gran experimentador anterior, aquel que no se había encerrado en el texto y buscó la visualidad y el espectáculo, y la mezcla con las otras manifestaciones artísticas” (Carbó y Simbor, 2005)

 Precisamente en esta clase de teatro colectivo, espectacular e imaginativo es donde se instalan los dos autores que a continuación pasaremos a revisar, quienes influidos por la el dolor de la guerra civil española y la vivencia de la dictadura franquista, desarrollan un teatro directo, utilizado como arma de crítica y llevado a la exaltación y la sátira de los modelos de mundo instaurados en la época de la represión. A continuación, un pequeño recorrido por la obra del catalán Josep Maria Benet i Jornet y el valenciano Rodolf Sirera; ambos, gestadores de un nuevo teatro abierto al público, a la crítica y a máximo representante de la contemporaneidad de los países catalanoparlantes y de la evolución experimentada en las tablas desde los difíciles años sesenta hasta nuestros días.

1 Comments


Encuentro que no hai obras en catalán no me ha gustado nada la página es un rollo nosotros no queremos ver como es vuestro tteatro sino que ueremos obras.

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