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La literatura de posguerra: José Ferrater Mora: La nostalgia del destierro

Posted by Nicole i Natalie on 19:29 in


«De aquella época, arrancaron muchas cosas
que fructificaron luego. Mi residencia en
Chile fue una etapa significada y significativa de mi obra,
y una además, que recuerdo 
con particular cariño.»
[José Ferrater Mora][1]




José Ricardo Morales, dramaturgo español que llegó a Chile a bordo del Winnipeg, sostiene que la guerra civil española obligó al bando republicano a optar por tres alternativas, diciendo que: A los hombre libres no nos quedaron sino tres destinos posibles: uno, el de permanecer en nuestra tierra aterrados, sin voz ni voto alguno; otro, el de aquellos que terminaron enterrados por oponerse a un régimen que hacía de la muerte su principal razón y, por último, quedó el camino, para muchos sin término, de quienes tuvimos que abandonar forzosamente nuestra tierra, para clamar por ella en todos los tonos y en los lugares más diversos, levantando la voz en nombre de quienes permanecieron mudos para siempre y aun de aquellos que sin concesión hubieron de mantenerse aquí (España) circunstancialmente silenciosos. (Morales, 1999). Por lo tanto, la posibilidad de vida de los exiliados quedaba reducida a:
1) permanecer aterrado
2) estar enterrado 
3) vivir desterrado
En este sentido, vemos que José Ferrater Mora (Barcelona 1912- Barcelona 1991)  fue uno de los muchos catalanes que optó por la tercera alternativa. Una vez terminada la guerra, él es uno más de los tantos que cruzan los pirineos y llegan a Francia, desde donde luego se dirige a La Habana, Cuba hasta 1941. En este lugar, el escaso ambiente cultural y, en especial, los serios problemas económicos que padeció, afectaron seriamente su estancia y su vida, razón por la cual decide embarcarse en nuevos rumbos y dirigirse a Chile, donde arriba en 1941. Según sostiene Julio Ortega, Ferrater escogió Chile como destino porque le interesaba el país en términos culturales, sociales y políticos, en este último punto, se sentía especialmente atraído por su sistema democrático: Chile, se diferenciaba del resto de los países Iberoamericanos por su tradición democrática. El Frente Popular, la reacción del gobierno chileno oponiéndose al alzamiento militar de Franco, la postura ante la guerra civil española, la traída de exiliados en el barco Winnipeg por mediación de Pablo Neruda, &c., evidenciaban la madurez constitucional de que gozaba. (Otega: 1996) Una vez instalado en el país conoce a Juan Gómez Millas, rector de la universidad de Chile, quien lo hace partícipe de la comunidad Universitaria más importante del país y le solicita su ayuda para la reestructuración de los planes de estudios que se estaba llevando a cabo. Una de sus grandes dedicaciones en el tema de la recuperación de la memoria, fue el participar activamente en la editorial Cruz del Sur, junto a otros españoles y catalanes exiliados, con quien compartía una misma mirada respecto a lo que significaba el estar lejos del hogar.
En su paso por Chile, como profesor de filosofía, dictó clases en la Universidad de Chile, Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad de Concepción y Universidad Católica.


Al tratar de hacer un breve recuento por su obra, se aprecia que de su larga trayectoria en los ámbitos tanto artístico como intelectual se desprenden muchos José Ferrater Mora distintos:



    Aunque en esta ocasión hablemos solamente de los "JFM" anteriores, no se puede dejar de lado que también se desempeñó como periodista, escritor de cuentos cortos, novelista, teórico de la lógica matemática, fotografo y crítico.


    Para comenzar, tenemos la biografía de José Ferrater Mora a partir de su propia mirada, es decir, su autobiografía:




    Nota autobiográfica

    Algunos filósofos afirman que la "biografía completa" de una persona debe incluir no sólo los hechos reales, sino también las cosas posibles que no ocurrieron. ¿Qué le podría haber pasado a la persona? dicen, es tan esclarecedor como lo que realmente ocurrió.

    Me parece interesante esta afirmación, pero un poco absurda. Hay más que suficiente para saber acerca de la vida real de una persona sin verse entorpecido por su posible vida o alternativa.

    Nací en Barcelona en 1912. Unos dieciséis años más tarde me comencé a proyectar en el futuro como un filósofo y como escritor. Muchas cosas me han sucedido en el transcurso de los años. Aunque culturalmente arraigado en España, he vivido en varios países de Europa y América, y he visto con entusiasmo, y, a menudo absorbido, sus tradiciones culturales. Enseñé filosofía durante más de cuarenta años, una treintena de estos años en los Estados Unidos de América, un hecho que podría explicar por qué algunos de mis trabajos han sido originalmente escritos en inglés, como es el caso de estas mismas páginas. He visitado muchos países y me he conocido a muchas personas. He sido, y sigo siendo, curiosos de muchas cosas: los seres humanos y máquinas, la ciencia y la tecnología, la política y las artes. Parecería, sin embargo, que una parte sustancial de mi existencia ha girado en torno a la escritura y la publicación: artículos, ensayos, libros. Mi proyección temprana como un autor ha sido cumplida.

    Desde 1935, cuando mi primer libro, Cóctel de verdad apareció en Madrid, y sobre todo desde 1939, cuando me convertí en un exiliado voluntario después de la guerra civil española, prácticamente ningún año en mi vida ha transcurrido sin escribir y publicar un libro, y prácticamente ningún mes sin escribir y publicar algún artículo o algún ensayo.

    Mi interés profesional es la filosofía, por lo que no es de extrañar que muchos de mis libros traten de temas filosóficos. Me temo que soy mejor conocido como el autor de un diccionario de gran éxito de la filosofía, ahora en cuatro grandes volúmenes, pero en realidad, este trabajo es sólo la punta demasiado visible de un iceberg. Menos visible, pero no menos importante para mí es una masa de artículos, ensayos y libros. No molestaré al lector con un relato detallado de mis escritos. Podría ser de algún interés, sin embargo, centrarse en algunos de ellos brevemente, e incluso expresar abiertamente mis preferencias.

    En una trabajo muy reciente sobre mi obra filosófica, Carlos Nieto Blanco clasifican mi producción literaria en tres áreas principales de interés: escritos en catalán y de la historia y la cultura españolas, así como sobre "cuestiones contemporáneas", tanto políticas como culturales; filosóficos; la narración y la crítica literaria. Estas áreas corresponden aproximadamente a tres etapas de mi producción. Hago hincapié en "aproximadamente", porque todavía estoy escribiendo sobre una gran variedad de temas. De ninguna manera he dejado de escribir sobre los problemas filosóficos. Cuando todo está dicho, sin embargo, los escritos en catalán y la cultura española, así como sobre cuestiones sociales y humanos, parecen ser más abundantes en el inicio de mi carrera literaria, las obras filosóficas se destacan, por ejemplo entre 1950 y 1979, y la narración y la crítica literaria han pasado a primer plano en los últimos seis o siete años.

    ¿Hay alguno de mis libros que prefiero a los demás? Es difícil decirlo, porque a veces me puede evidenciar una cierta debilidad de algunas páginas de un libro que de otro modo no tendría reparos en olvidar. Sin embargo, desde mi bibliografía relativamente abundante me gustaría destacar algunos títulos.

    Desde el punto de vista filosófico, considero que las siguientes obras expresan y resumen lo mejor que pueden lo esencial de mi pensamiento: El Ser y la muerte (El ser y la muerte), El ser y el sentido (ser y sentido), ahora totalmente revisado y publicado como Fundamentos de filosofía y de la materia a la razón (de la materia a la razón). Ciertamente, no todos mis pensamientos están presentes en estos volúmenes. Indagaciones sobre el lenguaje (Investigaciones sobre el lenguaje), Cambio de marcha en Filosofía (Cambio de marcha en Filosofía) y humanas Las crisis (crisis humanas) son todavía, en mi opinión, fundamental para la comprensión de mis principios filosóficos. Etica Aplicada, que escribí en colaboración con mi esposa, Priscilla Cohn, muestra un aspecto de mi pensamiento-el aspecto ético-en el que m e ido interesando cada vez más. Filosóficamente hablando, me parece que he pasado de un tratamiento detallado de las cuestiones ontológicas y epistemológicas a la discusión de los problemas (tanto sociales como políticos). Es muy probable que en un futuro próximo desarrolle interés en la estética. Ya he publicado un libro-intext de crítica literaria, El mundo del escritor y entre mis proyectos está un libro-intext que se ocupan de cuestiones estéticas. Incluso tengo el título: Fisiología del arte. Los títulos no son difíciles de encontrar y pueden ser buenos lugares para empezar.

    En un prefacio a la edición en dos volúmenes de Obras Selectas conjeturo que la narración (cortos, novelas) seguirá estando por siempre fuera de mi alcance como autor, siendo un lector suficiente. Mi conjetura es lo contrario de una profecía autocumplida, ya que no se materializó. Un claro interés por las complejidades de la escritura de guiones, impulsado por mi interés en no hacer cine profesional, me llevó a hacer que mi mano intentara con la escritura de cuentos. En 1979 publiqué un volumen de cuentos bajo el título Siete relatos capitales y en el curso del presente año (1985) más historias han aparecido en mi libro de Voltaire en Nueva York. En 1979, si no antes, comencé a escribir una novela, que fue publicada en 1981, y ahora está siendo reeditada con el título de Claudia, mi Claudia (Claudia, mi Claudia, las tres últimas palabras en la novela). Es una novela completa en todo su derecho y no un tratado filosófico, de modo que el lector no tiene que preocuparse acerca de si él o ella lo entenderá, la novela contiene tanto o tan poco, la filosofía como una novela de un escritor que toma este género en serio. Ahora estoy escribiendo otra novela: Made in Corona. No es que haya renunciado a la filosofía o la escritura sobre "cuestiones contemporáneas". Pero la filosofía puede esperar un poco, algo que ella (la filosofía es, afortunadamente, femenina, comprensiva y no agresiva) ha estado haciendo durante siglos, probablemente porque sus profesionales cumplan una de las pocas frases citables en su naturaleza: "El filósofo ve estrellas que se mueven lentamente. " La frase es de George Santayana, que escribió una novela, El puritano pasado, que no todo el mundo lee, pero que mucha gente debería leer.




    [1] Carta de José Ferrater Mora a Julio Ortega, fechada el 4 de Diciembre de 1986

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